EL VENEZOLANO JEAN FRANKO - Entrevista
27 de marzo de 2012.
Su hablar es pausado. A través del teléfono, desde Londres, se nota que analiza bien las frases antes de soltarlas. No entra en detalles de su “actuación” si no se lo piden. Se limita a hablar del pasado, recordando cómo y por qué fue que llegó a la industria de la pornografía. Jean Franko, quien en realidad se llama Jean Carlos García, es venezolano. Tiene 35 años y desde que era apenas un adolescente abandonó su país para “abrirse caminos” en el exterior, aunque según él, no lo hizo exactamente con esa intención.
Viajó a España durante unas vacaciones. La idea era disfrutar de sus días libres solo por una temporada. Lo que sucedió después le cambió la vida. “El tiempo pasaba y yo, en lugar de regresarme a mi tierra, aprovechaba oportunidades. Llegué a desfilar en el Fashion Week Madrid e hice algunas cosas para televisión. Mientras tanto, por las noches me desempeñaba en el área de Relaciones Públicas de una discoteca. Fue una buena etapa, pero yo quería más”.
Tiempos difíciles
Decidió irse a Milan. Allí, en una “buena agencia”, podría alcanzar sus sueños. Lo que él no sabía era que tenía que competir con otros mil aspirantes, luchar por entrar a las audiciones y luego rogar para que lo escogieran para alguna campaña publicitaria o un desfile específico. Cayó en una gran depresión. “Me di cuenta de que era muy difícil encontrar renombre como modelo, había mucha competencia. El trabajo no era constante y tampoco ganaba lo suficiente. Por eso escuché la propuesta que me hizo un amigo”.
Al principio, a Jean Franko le aterraba la idea de entrar en el mundo de las películas para adultos. Pensaba en la familia y en su carrera como modelo. “Sabía que al decir que sí todo lo demás desaparecía. Creo que lo que me impulsó a aceptar definitivamente fue la inexperiencia y las ganas de vivir bien. A los 20 años yo solo quería tener ropa de marca, apartamento, carro y mucho lujo”. Entonces se arriesgó. Envío sus fotos a Estados Unidos y de inmediato le contestaron. En un abrir y un cerrar de ojos ya estaba grabando.
Su ascenso
Durante cinco años se mantuvo como imagen exclusiva de dos productoras. Sus ganancias crecieron, pues filmaba varias cintas al año. “En este tipo de trabajos tienes que estar en más de tres producciones para vivir como a mí me gusta. Eso era lo que yo quería, el dinero fácil”. La pregunta obligatoria le llega en la entrevista. ¿Estás arrepentido? Él responde: “Me da nostalgia pensar que hubiese podido triunfar en una profesión distinta. Tal vez podría haber llegado a ser un modelo cotizado y también sería millonario. De todas formas no me quejo. Soy muy famoso y altamente reconocido en cualquier lugar donde voy”.
Está consciente de que le queda poco tiempo. “Esta carrera no es larga. Llegará el momento en que no podré aparecer más ante las cámaras. Ahora mismo estoy tratando de no exponer mucho mi imagen”. Se está dedicando a otros asuntos como: promoción de eventos y una gira por Latinoamérica, en la que ofrece un show erótico en sitios nocturnos. “A Venezuela voy en abril y Maracaibo está entre las fechas”. También está estudiando la idea de dirigir.
Antes de despedirse, asegura que se considera una persona “limpia” y que no se siente un pecador. “Me he mantenido dentro de los límites del respeto. Soy, ante todo, un profesional. A mí me enseñaron que lo malo era robar, matar, engañar y vender drogas... Y yo no hago ninguna de esas cosas”.
la promiscuidad es pecado también...Pero bueno al final uno solo entiende lo que le convine.
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